El alcalde de Santo Domingo Este llega a candidato por un fraude monumental en las primarias, organizado por mafias políticas y delincuencia electoral, con la posible venia del órgano rector, gracias al vínculo del hoy Secretario General con una de las personas encargadas del escrutinio.
Entre estos entes, que lo colocaron siendo el cuarto lugar, en primero, pasando por encima a Manuel y a Adan, están funcionarios del gobierno que ese día incluso «veranearon por el municipio», hasta algunos de los dizque «presidenciables», que exigían a los alcaldes que «fueran de ellos» para el 2028, chantaje que ni Manuel ni Adan accedieron, a futuro… entonces, estaban sentenciados.
Es posible que Dio, mitómano compulsivo, se comprometiera con dos o más presidenciables, con tal de mover las actas y matar el voto de las urnas.
Dio no confía en nadie. De los que le acompañan, es posible que Jesús Colon (Secretario General) y El Fori (Espacios Públicos), posiblemente también el que está hoy en Arbitrios, pero de ahí extensivo no hay muchas personas con las que Dio se siente comprometido.
Mientras otros «importados» llegaron a mezclarse con el PRM, Dio se mantuvo distante para, como oportunista que es, convencer y vender lealtades para luego, ahora, incumplirlas.
Dio tiene su «gente«, que piensan como él, creen ser evangélicos pero algunos actúan como entes satánicos, muy sectarios, hasta peligrosos, porque tienen poca capacidad de debate y menos, de tolerancia.
El grupo llamado dizque «de la Fe», incrustado en el PRM, pretenden implosionar las estructuras y adueñarse del partido, dejando a un lado al liderazgo histórico… el lema es: «O ESTAS CON DIO O ESTAS EN CONTRA DE DIO», sentenciando, tarde o temprano, a todo el que no viniera de antes con él, porque ni los nuevos incorporados evangélicos son para él, confiables.
Todos los dirigentes del PRM que ha colocado eventualmente, los cancelará en su momento, todos los que hicieron acuerdos con Dio, los está incumpliendo y seguirá incumpliendo, Dio tiene su gente y fuera de ese círculo, todos hieden.
Algunos traidores a las «otras opciones» ya ha comenzado a entender su error, apostaron al «malo» y este les ha salido peor, no les toman las llamadas, no hay privilegios para los perremeistas, no hay apego ni compromiso con las bases ni los dirigentes a ningún nivel, el divorcio, que advertimos mil veces, no ha tardado en producirse, no importa cuánto demore en hacerse oficial.
La suerte, es que Dio no posee anillos, entre su gente, con suficiente calificación como para asumir cargos que requieren los puestos y eso ha dado un respiro a algunos dirigentes que creen que él les cumple, pero en realidad es que no tiene con quién reemplazarlos.
Todo el que tenga un cargo ahí que «no sea de Dio», tiene sus días contados… vivir para ver.
Dio quiere solo a la gente de dizque La Fe, llevándose el prestigio incluso de la palabra evangélico, porque el desastre de administración hará sonar feo a ese sector religioso y cuando este termine su mandato, decir en política que «se es pastor» será casi una mala palabra, gracias a los escándalos de este grupo ultra cerrado a quien les hieden los perremeistas y que les duele 0 la ciudad.